«Mira a esa chica», Cristina Araújo Gámir

                 

«Es algo que se plantea a menudo. La divergencia en el tiempo donde ella escogió el rumbo que conducía a la oscuridad de un portal. Y por eso, ahora se ve obligada a presenciar los coletazos de su antigua vida desde el universo equivocado».

Hace unos meses, leyendo el cultural de El País, me encontré con la recomendación de  la primera novela de Cristina Araújo Gámir, Mira a esa chica, Premio Tusquets Editores de Novela 2022, acompañada  de una breve reseña en la que se valoraba su calidad literaria y el atinado tratamiento de un tema escabroso,  la violación de una chica por cuatro energúmenos; como suelo huir de  los libros que tratan de violaciones o asesinatos reales en los que la  crueldad y el ensañamiento son el eje central del relato, decidí aparcarla y dar paso a otras novelas en lista de espera; pero el azar quiso que  una integrante de la tertulia literaria a la que pertenezco, conociera a la escritora y propusiera su novela como lectura de febrero, añadiendo que la autora acudiría a la tertulia para conocer nuestras  opiniones y dar respuesta a nuestras dudas. Tuvimos la fortuna de vivir esta experiencia cuando leímos en la tertulia, “Romanticismo” de  Manuel Longares, donde el autor, y el polifacético   Juan Cruz que le acompañaba, compartieron generosamente con nosotros su tiempo y sus valoraciones. Tras esta enriquecedora vivencia,  no podía perder  la ocasión de conocer a la autora y comentar  con ella su obra así que comencé a leer la novela; por lo crudo del contenido decidí posicionarme en la distancia,  coraza mental que me ayudó a sobrellevar la tragedia vivida por la protagonista, Miriam, una adolescente de 18 años,  y lo desgarrador de los hechos narrados; y es que la novela de Cristina Araújo no sólo habla de violación, sino de las causas que alimentan la violencia en el entorno de la juventud; a saber, el consumo de alcohol y drogas que deriva en la pérdida de conciencia; la consideración de la mujer como objeto gratificante de los instintos más  bajos;   la relajación en la educación dentro del seno familiar; los complejos adolescentes creados por modas que sólo contemplan la estética de la belleza y la delgadez Y de verdad, por qué vas de lista, si estás metiendo tripa, si te has tapado la celulitis con una toalla, eres idiota, idiota, idiota …(…) . La pedazo de foca, qué fuerte. Mira que le gusta ir de guay. De verdad, Miriam, es que no aprendes…,  la necesidad de socialización y pertenencia al grupo,  la marginación  y el menosprecio   del diferente, el mal uso de las redes sociales que provocan ansiedad y baja autoestima, el consumo de pornografía que normaliza conductas impropias en edades tempranas, en fin, situaciones que condimentan el  caldo  de cultivo de  todas las inseguridades… Ningún compañero salió en defensa de Miriam, y ellos todavía siguieron grabándola, muertos de risa, cuando se levantó de la colchoneta con la coleta deshecha y la cara congestionada por la sobredosis de riego sanguíneo. En ningún momento levantó la vista, y resultaba evidente que se estaba haciendo la loca. Pero para qué rebelarse. Los marginados demuestran ese instinto de conservación. Sin olvidar la aniquilación social de la víctima… Mira a esa chica, es la de la violación. Mírala. Comiéndose una pizza tan ancha. Mírala, sentada en un bar, bebiendo un refresco, ¿no te parece que está flirteando con el camarero?

 Ya enfrascada en la lectura, las reticencias iniciales  fueron desapareciendo, según se definía  la forma y estructura del relato, logrando de ese modo  amortiguar el brutal  contenido. Para ello la autora se  apoya en la figura de un  narrador cercano, íntimo, que utiliza la segunda persona,  que, a través del ,  cuenta a la protagonista lo que le sucede …No puedes evitarlo. Tú te mueres por un chico duro y guaperas, un atormentado, un lobo solitario que diga: nadie me entiende, no sé lo que quiero, he de encontrarme a mí mismo..; o  lo que ha hecho o lo que piensa …No, tú no quieres un Lukas. Oh, Miriam, tú quieres otro tipo de amor…, acortando distancias  y creando un intimismo y un tono confesional, cercano al diálogo;  diálogo del narrador   con la protagonista y de la protagonista consigo misma,  que desdobla  su propio YO,  creando una variante de la primera persona, una proyección de su propia intimidad, Miras al Estudiante. Quieres sentarte un poco más cerca, apoyarte en él como si fuera tu novio. Pero, Miriam, contente, aún queda noche…(…)… Pero supones, o bueno quizá sueñas, que él no va a darle importancia, que no es tan superficial —claro, Miriam, por supuesto que no-; la voz de la conciencia que le permite distanciarse  de sí misma y  someter a crítica su existencia.

Pero a veces la narradora utiliza  la   tercera persona, para contar hechos o describir momentos del entorno de la protagonistaCuando por la tarde las vieron subir por la cuesta, todos se quedaron pasmados. Jordan el primero, que perdió el color de la cara en el mismo instante en que Paola Landy alzó una mano para saludar, mientras que con la otra tiraba hacia abajo una faldita de cuero granate. Y ahí comenzó la tortura… para seguidamente  volver al intimismo del  La rabia te goteaba en la sangre y todo adquirió de pronto un sabor alquitranado..El juego de narradores no acaba aquí; se enriquece con la narración en primera persona de personajes que exponen a través del YO, su  versión subjetiva de los hechosMi vida es una pesadilla. Apenas puedo comer, ni dormir. Estoy tomando pastillas para la ansiedad. No sé cómo ha podido pasarme esto. Yo siempre he llevado una vida de lo más normal. Mi familia está destrozada… [pausa] Todavía no entiendo cómo… Con este juego logra plantear desde distintas perspectivas la complejidad de tan demoledor asunto, dando voz a las  personas que conviven con Miriam o son de su entorno, que manifiestan sus opiniones  ante hechos consumados;  desde la voz apagada de su madre, la dolida de su amigo y confidente LukasPero la verdad, Miri, es que esos tíos no te cogieron ni te amenazaron con una navaja. Tú entraste con ellos a ese portal, no les dijiste que te dejasen en paz… Ni siquiera intentaste marcharte… Joder, es que.., la voz crítica de compañeras de instituto… Se comporta como una puta, está pensando también.(…) La muy. Porque, en serio. Con sus chistes obscenos y ese tatuaje de golfa. Luego se queja de que no la respeten, de que le den el coñazo con la talla de pecho. Y bueno, qué espera…, o la de los violadores y sus familias; un coro de voces que provocan en el lector reflexiones y conjeturas contradictorias, en las que la  empatía hacia víctima y  verdugos, nos obliga a distanciarnos para no perder la objetividad.  

Y ese perspectivismo acentúa  los cambios de ritmo, que atemperan o precipitan los sentimientos, desde el ritmo sereno de la  introspección,  al frenético  que supone la mezcla de todos los tipos de narradores, una vorágine narrativa de las tres personas gramaticales.Los cambios de ritmo repercuten en la ELABORACIÓN DEL TIEMPO, que lejos de ser lineal, va dando continuos saltos del presente al pasado para, conscientemente,   fragmentar  la narración de los hechos,  –describe la violación y en el capítulo siguiente recuerda el primer día de colegio de su amiga Vix-,  alejarse de una estructura uniforme y sobre todo,  rebajar la tensión emocional. Pero a veces la autora decide no rebajarla sino mostrar la cruel realidad que vive la protagonista, a través de una estructura horaria y lo hace detallando las horas nocturnas  que Miriam pasa en vela intentando comprender su realidad y mostrando  claramente su destruido  estado emocional.

 Las 3:57 de la mañana. Enciendes la luz y retrocedes sobre el colchón hasta apoyar la espalda en el cabecero

.Las 4:28. Pero ya te has acostumbrado a no dormirte hasta que amanece.

Las 4:39. Te preguntas por ellos. Dónde estarán ahora mismo. El Estudiante,  el retaco de la perilla, y el otro, el alto, que apenas te dirigió la palabra…(…)… Esos cerdos.

Las 5:17. Muchas personas lo saben. No te lo han dicho a la cara, pero lo intuyes.

Las 5:29. No quieres dormir. Dormir es como abrir una puerta a todo lo que pudo ser y no fue. A todos los ojalá y en vez de. Sueñas con el portal.

Dan las 5:40 y el amanecer deja una cenefa amarilla detrás de las azoteas, llevas ya cuatro horas espabilada y odiando. Te ha dado por pensar últimamente que ojalá tuvieras secuelas.

Repite la misma estructura horaria, en los chats y videos que  los violadores envían a los colegas, en la madrugada del día de los hechos, desde las 6,30 de la mañana a las 12 horas; en ellos  se muestran orgullosos  de lo que hicieron denigrando aún más a la víctima con insultos groseros y brutales.

La autora, además, fija unas pautas temporales, que giran alrededor del macabro hecho y que ayudan cronológicamente al lector,  a considerar el decurso de los acontecimientos… Enero de 2018 (…) Diecisiete meses después de la violación (… ) Una semana después de la resolución del juicio. (…) Seis meses después.

Me ha sorprendido  y conmovido   la novela  de Cristina Araújo, no sólo por el tema, sino,  especialmente,  por  su dominio de la  técnica narrativa, una técnica variada y ágil, que, como hemos analizado,  se proyecta en la elaboración del narrador y en el tratamiento del tiempo; pero tengo que destacar otra técnica narrativa, basada  en la simultaneidad y el paralelismo, por lo que tiene de  visual y cinematográfica. Me explico;  la autora hace coincidir en el día y en la hora,  dos acciones distintas, un examen académico importante para su futuro profesional y un  examen médico decisivo para su futuro físico y mental;  ambos se desarrollan  al mismo tiempo,  a la misma hora, en distintos espacios, un centro educativo y un centro sanitario,  y avanzan alternativamente, intercalando momentos de ambas realidades;  esta técnica que podríamos llamar del contrapunto, es  una mezcla inteligente, dinámica y dolorosa, que sorprende por lo impactante y por la maestría con la que la autora la ejecuta, poniendo de relieve las  pérdidas que en los dos ámbitos está padeciendo la protagonista. Me ha parecido brillanteSeñores, bienvenidos, buenos días. Espera en esta sala a que te llamen. Por favor, tomen asiento en los pupitres asignados. Un poco más abajo, este pie más adentro en el estribo. No giren los folios todavía, y ni libros, ni cuadernos, ni un teléfono a la vista. Extraeremos una muestra de tejido. Y a partir de ahora, silencio, recuerden que, en total, tienen dos horas. Durará un segundo nada más. Muy buena suerte a todos. Y ya puedes vestirte.

El tono cálido y sosegado con el que  la narradora habla a Miriam, se ve reflejado en una prosa poética, cargada de anáforas y  enumeraciones,  de la que destacamos las   descripciones, tan detallistas y sensuales, que nos permiten estar  presentes en los distintos ambientes,   a través de  todos los sentidos; el olfato el olor a pastillas de caldo que transpiran los conductos de ventilación…, el tactoAbre el cuaderno y alisa la primera página, una hoja beige de papel reciclado…(…)… y durante unos minutos se permite observar el peso de la ropa sobre su cuerpo, el frescor de la escalera de piedra atravesando la tela de sus vaqueros…, el oídoDesde detrás del biombo, Miriam escucha el rasguear de un bolígrafo y un trajín de papeles que se cambian de sitio. Una tos contenida, un suspiro, los zapatos cómodos de la doctora que se desplazan acolchados por el suelo de vinilo. Y más ruidos: los raíles de un cajón, tapaderas de rosca, sobres que se abren y folios que se desdoblan, y susurros, cortinas, zumbidos, rumores de camillas por los pasillos. Una descripción minuciosa fruto de la observación concienzuda de la realidad… Percibe cierto trasiego por el estómago, como si lo tuviera lleno de grumos. Y para colmo, se ha cortado el paladar con una arista de pan…, que en múltiples ocasiones está cargada de poesía. Y es que en la novela, conviven diversos géneros literarios, -el periodístico, el teatral-, con los diversos tipos de lenguajes, -el jurídico, o el médico-, y por supuesto con la jerga juvenil y la de  redes sociales.

Recomiendo esta novela por todo lo anterior y porque contempla un hecho controvertido con objetividad y equilibrio, considerando las múltiples posturas que puede concitar, sin decantarse por ninguna de ellas y sin emitir juicio alguno.

Adenda

Hoy día 22 de Febrero los integrantes de la tertulia literaria, “Más que palabras” hemos tenido el placer de reunirnos en el Café del Rey,  con Cristina Araújo Gámir, autora de la novela, “Mira a esa chica” , con la que hemos compartido nuestra inquietudes literarias y en la que hemos podido disfrutar de su simpatía, de  su generosidad contestando todas nuestras preguntas, y de su pasión por la literatura;  esperamos que  todas las historias que bullen en su cabeza se conviertan  en estupendas novelas. Mucha suerte Cristina  y gracias. Ha sido un placer que esperamos repetir.

.

.v

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s