Una casa blanca frente al mar, una playa desierta, dos niñas jugando alegremente con su perro en la arena caliente, una mujer leyendo en su butaca con una copa de buen vino, unos zapatos olvidados, el fuego crepitando en la chimenea, música clásica, sensación de armonía; este es el mundo creado por James Salter en su novela Años luz, una obra escrita en 1975 en la que describe un espacio estéticamente decadente, un remanso, donde las sensaciones de sosiego, belleza y elegancia son los materiales con los que estructura un estilo de vida que me recuerda películas como Midnight in Paris de Woody Allen o El Gran Gatsby, de F. Scott Fitzgerald, donde el glamour, el lujo y los primeros aires de libertad de las mujeres, compendian la época dorada de los años 20; en este caso el autor nos sitúa en los años 60 en el estado de Nueva York, en una familia formada por Nedra y Viri, cuyo ambiente refinado y selecto es una constante en la vida del matrimonio; construyen un edificio bello pero endeble, que el tiempo se encargará de demoler. El autor realiza un profundo tratamiento psicológico de estos dos personajes, configurándose como los verdaderos protagonistas; ambos vuelcan sus esfuerzos en la defensa de una utopía, crear un espacio dichoso y selecto, donde puedan desenvolverse felizmente sus hijas, Franca y Danny, sacrificando para ello sus deseos personales; su vida de pareja, esconde grandes insatisfacciones, tras una aparente relación de dicha y complicidad …Hablaban del día que tenían por delante como si sólo compartieran la felicidad. Aquella hora grata, aquella habitación confortable… De los dos, la que presenta mayor complejidad es Nedra, quien con 28 años esconde sus sueños de libertad, cuida de la casa y de las niñas, es el pilar de su familia, el referente para sus hijas y la compañera cómplice de su marido; es elegante, atractiva, misteriosa y consciente de que su presencia, en los exclusivos círculos sociales, concentra todas las miradas …era asombrosa, estaba ebria de vida, llevaba la provocación escrita en todo el cuerpo. Era una mujer a la que tanto el marido como la esposa deseaban ver, les excitaba…; desde jovencita, ha huído de lo vulgar y ha deseado llevar una vida de millonaria sin responsabilidades, empeño juvenil que se convertirá en su objetivo de su vida, íntimamente ligado a su ideario educacional…El conocimiento específico no es educación. Yo entiendo por educación –dijo Nedra- aprender a vivir, y en qué nivel. Y tienes que aprender que todo lo demás no sirve (…) Lo único de que tengo miedo es de las palabras “vida ordinaria” – dijo Nedra. Parece una mujer liberada, -se permite tener amantes-, pero en el fondo y esa es su contradicción, siempre ha dependido de ellos, desde el primero, un hombre de 45 años, que a los 17 años la sacó de su pueblo, Altoona, huyendo de lo feo y lo ordinario…, Allí no tenía amigos, le había vuelto la espalda para siempre(…) La casa y el mobiliario los puso en venta. Estaba eliminando todas las huellas, retornando a una vida desconectada con aquella, una vida más brillante, más libre. Antaño había esperado allí diecisiete años desesperados.(…) Qué fracaso el retorno improvisado; lo borraría todo en un solo día… hasta la larga lista de hombres adinerados que pasaron por su vida, después de su separación y de los que sabía lo que podía espera…El final es un judío gordo en un Cadillac, uno de esos hombres fumándose un puro que vemos todos los días. El coche es nuevo, tiene las ventanillas cerradas. El hombre no tiene nada que decir, está demasiado ocupado. Te vas con él. Simplemente. A la oscuridad. Cuando decide soltar amarras, se entrega al «Carpe Diem, disfrutando cada día como si fuera el último… Su vida era como una hora única y bien aprovechada. Su secreto consistía en no tener remordimientos, en no compadecerse de sí misma. Se sentía purificada. Extraía sus días de una cantera que nunca se agotaba. Este viaje hacia ninguna parte, le mostrará lo perecedero de las personas y las cosas, que el tiempo pasa y que todo lo desmorona.
Su búsqueda acaba cerrando un círculo, el que abrió al salir de su casa y que cerrará volviendo a su amada playa donde finalmente encuentra la calma y la paz…He superado el miedo a la soledad, pensó, estoy más allá. Su vida era suya. Ya no estaba a merced de quien quisiera tomarla. (…) Había realizado su peregrinaje a través de la vanidad, las páginas de revistas, a través de la envidia, hasta un universo más vasto y tranquilo.
Su marido Viri, de treinta y dos años, nos es presentado por el narrador como un hombre de un talento menor a pesar de ser arquitecto. Cree en la grandeza como virtud y persigue algo más, la fama, aún sabiendo….que la fama no sólo formaba parte de la grandeza sino que era algo más. Era la prueba, la única evidencia. Todo lo demás no era nada, era en vano .Quien es famoso no puede fracasar; ya ha triunfado. Pero no triunfa porque no es un hombre luchador, se ha acomodado a vivir a la sombra de la brillante Nedra, compañera de vida que no esposa, repitiendo hábitos y costumbres; se siente perdido cuando su mujer decide apostar por su independencia, viéndose expulsado de una burbuja en la que es feliz a pesar de confesar, que él y su mujer son sólo buenos amigos; es un personaje pasivo, que se deja llevar y se supedita a los deseos que las mujeres de su vida le marcan, sus hijas, su mujer, su idolatrada amante Kaya Doutreau, fría y glamurosa y Lía, la joven italiana que, en su huída a Roma, se convierte en su amante y luego esposa, apabullándole con un amor enfermizo y servil, que en muchos momentos, le hace avergonzarse de sí mismo.
El resto de los personajes, actúan simplemente como comparsa, coadyuvando a descubrir facetas ocultas de la personalidad de ambos. En la órbita de Nedra, destacaremos a sus amantes, – un concertista de piano que la sacó de su pueblo, —Yo tenía diecisiete años cuando vine a Nueva York. —Nunca le había contado esto a Eve—. Vine con un hombre de cuarenta años. Era concertista de piano y había pasado por Altoona. Cuando me escribió para invitarme, puso una rosa dentro de la carta. Estuvimos en su casa de Long Island. Vivía con su madre, y vino a mi habitación de noche, tarde. Ya ves, ni siquiera recuerdo su cara…, un amigo de la pareja, Jivan…él es como la proa de un barco que surca mares de sueño…, un actor considerado genio del teatro, Philip Kasine, Richard Brown escritor de teatro…Sus movimientos poseían la intensidad de los de un lunático pero a Nedra le impresionaron sobre todo sus ojos. Captó su poder, su desdén…, o el cincuentón de Davos, Harry Pall-. El grupo común de amigos, pertenecientes a su élite social, ofrecen otros puntos de vista no contemplados por el narrador: Eve, su amiga, de gran parecido físico con Nedra, separada de su indolente marido; Arnaud, amigo rico de ambos y amante de Eve; Marcel Maas, pintor prácticamente desconocido que alcanzará el éxito y su joven mujer Nora …Era como una cena suculenta dejada sin acabar en mitad de la noche..; Marina Troy, actriz millonaria y su marido Gerard, Rae y Larry, dueños de una empresa de juguetes y Peter y Catherine, los Daro, amigos de la pareja y negociantes de arte; en estos ambientes exclusivos, donde lo intelectual se mezclan con lo personal, se crea un ambiente de intimidad proclive a las confidencias que nos ofrecen nuevas perspectivas de la pareja.
En el apartado de los personajes, esta vez vamos a hablar del misterioso NARRADOR, que forma o ha formado parte de la vida de Nedra y Viri y del que no llegamos a descubrir su verdadera personalidad. Realmente me parece un feliz hallazgo del autor. ¿Por qué lo digo? Porque los acompaña o ha acompañado en momentos importantes de su vida, estando a su lado, formando parte de su intimidad. Y muchos podrían argüir, que eso es una norma cuando el narrador es omnisciente y conoce todo lo relacionado con la pareja, hasta sus íntimos sentimientos…Después, como después de todos los placeres intensos se sintió un poco deshecha; pero es que el autor va más allá; juega con la intriga haciéndonos rastrear su identidad y es que, dada su cercanía, podría ser cualquier amigo íntimo de la infancia o un familiar con el que han convivido o el mismo autor, que recrea sus propias vivencias. Lo advertimos ya al comienzo del relato, en el uso de nosotros, primera persona del plural que engloba al yo del narrador… Surcamos el río negro, sus bancos lisos como piedras (…) Paseábamos por el jardín, comiendo las manzanas pequeñas y ácidas… y lo confirmamos más adelante con el uso explícito del yo, de la 1ª persona del singular …Se divorciaron en el otoño. Yo hubiera deseado que no sucediera. La claridad de aquellos días otoñales les afectó a los dos… y de nuevo en 1ª persona del singular, surge el yo para desnudarse ante los lectores y expresar sus dudas sobre si contar o no hacerlo para no violentar la intimidad de los personajes… ¿Debo describir el acto de amor que les unió? ¿Puede que fuera aquella misma noche? Ella tenía la llave del apartamento de una amiga… o busca la indeterminación -“uno”-sin llegar a ocultar su yo…Uno las veía por la mañana. Estaban en el jardín, una mujer hermosa regando las flores y su hija cerca de ella, extendiendo el antebrazo y acariciando lentamente a un larguirucho gato blanco… El narrador omnisciente, desconocido y enigmático, acompaña a los personajes en todo momento, y se sirve de todas las personas gramaticales para describir y narrar los sentimientos y acciones de la pareja, y los suyos propios, situándose como una sombra al lado de los protagonistas, captando los detalles más nimios, como una cámara que les acompañara y grabara la acción en el mismo momento que ocurre, compartiendo su presente…Se encamina hacia el río, cuidando de dónde pisa. El traje prieto le da mucho calor. Llega a la orilla del agua. El embarcadero, actualmente en desuso, tiene la pintura descascarillada y los tablones podridos, y sus postes empapados de verde.
Y la pregunta es ¿qué graba? ¿Qué intenta el autor al mostrar la intimidad de esta pareja? ¿Cuál es su objetivo? Quizá sean la infelicidad o la apariencia de las relaciones de pareja, revestidas de belleza y avenencia, el asunto que percibe el lector al comenzar la lectura. Pero en realidad creo que el TEMA que verdaderamente preocupa al autor es el paso del tiempo, …Es verdad que solo tenemos una estación? ¿Un verano –dijo- y se acaba?…, el miedo al tempus fugit que nos aboca sin remedio a la pérdida de la juventud y la belleza…Se examinó girando la cabeza de un lado a otro. No quería envejecer. (…) Ella se vio en el espejo. La luz era suave. Un lunar cerca de su mandíbula se había oscurecido. Las arrugas de su cara ya no eran indecisas. Era innegable que parecía más vieja, que aparentaba la edad de alguien a quien se admira pero no se ama…el miedo a las enfermedades… ¿Es la enfermedad un accidente, o es una especie de elección, del mismo modo en que el amor lo es: escondido, involuntario pero cierto como una huella dactilar? ¿Morimos a causa de algún acto de volición, aunque no la entendamos? (…) De nuevo, la edad, el tiempo, El mundo se abría como para conceder ahora que la vida se acortaba…; o a perder los placeres, bebidos a tragos en la juventud, porque el tiempo también nos cambia… —La misma de siempre… No. Ninguno de nosotros es el mismo. Estamos avanzando. La historia continúa, pero ya no somos los protagonistas… y nos hace sentir que el camino se acorta…Todo había terminado. De repente sintió que todo aquello era como un mal presagio. Estaba desprotegida. El camino hacia su propio fin quedaba despejado.
No solamente preocupa al autor el transcurrir del tiempo sino el uso que hacemos de él, las decisiones que tomamos o postergamos en la juventud y de las que luego nos arrepentimos…Como en el cuento que les había leído tantas veces, de la pareja pobre a la que concedieron tres deseos y los malgastaron, él (Viri)no había deseado suficiente…él había expresado un solo deseo, que era demasiado nimio: que ellas crecieran en el más feliz de los hogares . Y de esas decisiones se desgaja otro tema, el olvido de uno mismo por amor, el AMOR con mayúsculas, el que los padres entregan a los hijos sin pedir nada a cambio, que se materializa en una entrega incondicional, a veces frustrante ….De todos ellos, aquel era el auténtico amor. De todos ellos, era el mejor. El otro, aquel suntuoso amor que te embriagaba, que uno anhelaba, envidiaba y en el cual creía, aquel amor no era la vida. Era lo que la vida buscaba; era una suspensión de la misma. Pero estar próximo a un hijo, por quien uno lo consumía todo, cuya vida estaba protegida y nutrida por la tuya propia, tener a ese hijo a tu lado era la alegría verdadera, la más profunda, la única.
Y porque el paso del tiempo le preocupa, la elaboración del TIEMPO como elemento narrativo es otro de los aciertos del autor y especialmente el proceso de fusión con el espacio; la descripción del plácido ambiente está íntimamente relacionado con un tempo lento y cadencioso, donde la acciones se pausan y suspenden; por ello diferencia claramente el tiempo de la historia o externo y el tiempo del relato o interno. En el primero, el autor o narrador, -seguimos sin resolver la incógnita- a través de una precisa cronología, refiere los acontecimientos sucedidos en veinte años de los protagonistas, mostrando un interés especial en recalcar el paso del tiempo a través de las estaciones …Las estaciones se convertían en su resguardo, sus vestiduras…; Era el otoño de 1958, sus hijas tenían siete y cinco años…; En el atardecer de invierno…;Se acaba el verano…; Septiembre es un mes caluroso en Nueva York…; El tiempo seguía siendo templado en la última hora del verano…; Eran las primeras noches de invierno, frías como la marea…; Una mañana blanca de invierno..; Verano en Amagansett…; Caían las primeras nieves… Esta insistencia del autor, nos confirma su preocupación por ese Tempus fugit acompasado, y coherente con el ambiente creado. Y para mantener esa congruencia, el tratamiento del tiempo interno de la acción, es manejada con un tempo moroso en el que el modo de contar se dilata en los hechos narrados; cuando Viri está con la amante…nadaban en lentitud … o cuando está Nedra con Jivan…La parsimonia, la deliberación la anonadaron como si fueran golpes…no hubo el menor movimiento, salvo una lenta dilatación a la que ella reaccionó como al dolor… o cuando está Nedra con Richard Brown…Cuando dormía con ella, guardaba silencio, inmóvil. …Hacían el amor despacio… o cuando está con su hija Franca …Días de calma, de compañerismo, el sol les filtraba toda preocupación, las dejaba satisfechas.(…) una mujer hermosa regando las flores y su hija cerca de ella, extendiendo el antebrazo y acariciando lentamente a un larguirucho gato blanco.
En cuanto al espacio exterior, el autor escoge Amagansett, localidad elitista, ubicada en el condado de Suffolk en el estado de Nueva York, muy conocida por su ambiente exclusivo, sus privilegiada playas y por albergar a personajes famosos del cine, las finanzas y la política, -Paul McCartney, Scarlett Johansson, Bill Clinton and Hillary Clinton, o Marilyn Monroe and Arthur Miller en los años 50-; se mueve a otros espacios como Nueva York, Davos, Londres o Roma, pero el espacio significativo será Amagansett, donde se cerrará el periplo de los protagonistas. Pero son los espacios interiores, los que definirán a los personajes; es el ámbito familiar donde todo es equilibrado y bello; Nedra se dedicará a mantener ese lugar cálido y tibio donde se acumulan los tópicos que definen una clase social de intelectuales, empresarios de éxito, pintores y escritores: la decoración, las costumbres, los trajes exclusivos, la buena mesa, …vieiras frescas y Graves blanco, frío, el brandy, los vasos de cristal, el vermú con cassis…; el calor de la chimenea y las conversaciones relajadas crean un ambiente glamurosos donde es difícil no ser feliz.
Todo ello acompañado de una descripción altamente poética que busca una estética hedonista, un mundo refinado, un ambiente familiar ideal, de película, que describe pleno de belleza y armonía… Se elevaba encima de ellos, bañada en luz, con su tejado de gabletes y sendas chimeneas, el gris de la pizarra lavada por la lluvia…(…) las ventanas silenciosas, los breves bañadores tendidos sobre la caja de madera, (…) El follaje es espeso. Las hojas relucen por doquier, como escamas. Por la mañana, aroma de café, la blancura del sol desperdigado por el suelo… o de una naturaleza perfecta…Les circundaba la inmensidad del día. El suelo estaba caliente, el rio relucía al sol. Son como fotos de un álbum que contemplamos con parsimonia o como telegramas escritos con una sintaxis breve donde predomina la oración simple que ayuda a observar cada uno de los detalles.
Entre los variados recursos literarios destacaremos la METALITERATURA, una de esas constantes que los autores, suelen utilizar, recurriendo a los literatos y sus obras como material narrativo; la literatura no podía faltar en las conversaciones que mantienen Viri y Nedra con los amigos, citando autores españoles, -Valle Inclán y Cervantes-, así como la historia de España -hablan de la Guerra civil- o escritores extranjeros como Thomas Mann y La montaña mágica, Henrik Johan Ibsen, Walt Whitman … durante una hora estuvieron comentando la obra que habían visto, que era El huerto de cerezas…, pintores como Kandinski, arquitectos como Gaudí o Pevsner, músicos como Mahler, o Mendelssohn; también se aventuran en la crítica teatral…—¿Bueno? A ver, ¿qué entiendes tú por bueno? Hay un montón de obras malísimas que la gente cree que son buenas. Dios mío, es una auténtica vergüenza. Todos los años publican las obras de tipos como John Whiting, Bullins, Leonard Melfi, obras que no fue a ver absolutamente nadie, que los críticos condenaron unánimemente, es un delito ponerlas en tapa dura, pero lo hacen y la gente empieza a decir que son obras maestras, clásicos modernos. O reflexionan sobre el teatro como espejo donde se evidencian las distintas realidades individuales y sociales. Es en una representación de Ibsen, el Maestro contratista, cuando por primera vez, Viri, ve su propia imagen y la de su padre, reflejada en los actores, tomando conciencia de una realidad no aceptada hasta entonces.
Quiero mencionar dos historias intercalas que no tienen aparentemente ningún nexo con la historia que se nos cuenta y que sirven de contrapunto a tanta armonía, mostrando la cara trágica de la vida. Me refiero a la historia de dos niñas, Mónica, de tres años a la que amputan una pierna y acaba por fallecer y Leslie Dahlander, amiguita de Danny y Franca que se cae del poni, con un trágico desenlace. El hecho de que las interpolaciones estén protagonizadas por niñas, aumenta la crueldad de las mismas y la disonancia con la felicidad reinante en el mundo infantil de Franca y Danny.
James Salter desde la aparente sencillez narrativa, logra crear un mundo cerrado donde la infelicidad es manejada con un tono amable, profundizando en lo más íntimo de sus personajes. Éstos no logran cumplir sus sueños pero el tiempo les devuelve la calma y acaban encontrando su lugar. El autor/narrador cierra la obra al lado de uno de los protagonistas, con un nosotros y un presente que tienen valor atemporal y que permite a los lectores, gracias a su final abierto, dar un último giro a los acontecimientos y continuar o finalizar la historia. …Sucede en un instante. Todo es un largo día, una tarde interminable, los amigos se marchan, nos quedamos en la orilla. Sí, pensó, estoy listo, siempre he estado preparado, por fin estoy dispuesto.