El mundo deslumbrante, Siri Hustvedt

Os presento la reseña de la segunda lectura de este blog, “El mundo deslumbrante”, de Siri Hustvedt. El libro es una obra de gran envergadura, pensada desde su inicio como un libro enciclopédico en el que la suma de las diversas disciplinas, tratadas muchas de ellas con un alto nivel de erudición y retórica, manifiestan profundos conocimientos de filosofía, neurociencia, psicología, inteligencia artificial, literatura, arte y un gran dominio de su oficio de escritora, que pone al servicio de la protagonista, Harriet Burden; Harriet o Harry es una artista de gran complejidad intelectual y personal, atormentada e invadida por un sentimiento de marginación, como mujer y sobre todo como artista, basado en su condición femenina; vio como su padre castraba los impulsos expresivos de su madre castigándola con el silencio y cómo no mostró ningún interés ni comprensión por su faceta artística. Harriet Burden como artista, se siente ninguneada también por la crítica del momento, años 70-80 y por su propio marido, Felix Lord, galerista y marchante de arte, quien teniendo todos los medios a su alcance para lanzarla a los circuitos del arte, la relegó al papel de esposa y madre. La falta de reconocimiento y la certeza absoluta de que los hombres artistas son mejor valorados que las mujeres artistas, la angustia y empuja en los años 90 y durante cinco años, a luchar por un proyecto personal, al que una vez acabado titulará “Enmascaramientos”, y que presentará al público y a la crítica con tres pseudónimos de tres nombres de varón; tres exposiciones individuales en distintas galerías neoyorquinas, atribuidas respectivamente a Anton Tish (1998), Phineas Q. Eldridge (2002) y al artista conocido por Rune (2003).

Ante lo inabarcable y denso del contenido voy a destacar tres aspectos interesantes de la obra; el primero es la utilización de la técnica cervantina de la multiperspectiva, el segundo, la complejidad de la mirada del objeto artístico tanto por parte del autor como del espectador y el tercero la estructura circular que acaba mostrando la personalidad de la verdadera Harriet.

1.- Comencemos por el perspectivismo. Siri Hustvedt es una gran conocedora de la literatura española y una admiradora de Cervantes, de quien toma una de las técnicas utilizadas magistralmente en el Quijote, el perspectivismo. Como hiciera Cervantes creando a Cide Hamete Benengeli, Siri crea el personaje de Hess, una profesora que lee en la sección “Cartas al director” de una revista minoritaria, una carta que la sorprende y anima a comenzar una investigación En el año 2003 me topé con esta frase provocativa leyendo una carta al director publicada en la revista The Open Eye,…Todas las creaciones intelectuales y artísticas, incluso las bromas, las ironías o las parodias, tienen mejor recepción en la mente de las masas cuando éstas saben que en algún lugar detrás de una gran obra o de un gran engaño se encuentra una polla y un par de pelotas…. Pero hay más, el periodista que publica y firma dicha carta, Richard Brickman es otra pantalla intermedia en el juego de perspectivasBrickman afirmaba que Harriet Burden le había escrito una larga carta acerca de un proyecto que deseaba hacer público a través de él. Aunque Burden había expuesto su obra en Nueva York en las décadas de 1970 y 1980, se sintió desilusionada por la recepción que obtuvo y abandonó por completo el mundo del arte. A finales de los años noventa, Burden inició un experimento que tardó cinco años en completar. Según Brickman, Burden se valió de tres hombres que le sirvieron de fachada para presentar su propia obra pero se debían en realidad a la mano de Burden Hess nos descubre al final de la obra que Brickman no existió y que es parte del juego de perspectivasSin embargo, cuando intenté contactar con Brickman descubrí que su domicilio no existía… …Según Wentworth, Brickman tenía un doctorado en filosofía por la Universidad de Emory y era profesor adjunto en el St. Olaf College de Northfield, Minnesota. Cuando me puse en contacto con St. Olaf, resultó que nadie llamado Richard Brickman daba, ni había dado nunca, clases allí. Huelga decir que la Universidad de Emory tampoco tenía un expediente ni datos sobre ningún candidato a doctorarse con ese nombre…Brickman fue otro personaje dentro de su gran obra creativa, otra máscara, esta vez textual… …El lenguaje de Brickman sirve como contexto de contención ante la vulgaridad y pasión de la cita de Harriet. El homenaje a Cervantes, no sólo es velado a través del perspectivismo sino que se muestra explícito en diversos momentos Había hecho una pequeña habitación con paredes de vidrio translúcido esmerilado. Distinguí una figura al otro lado de la pared y de inmediato me di cuenta de que estaba mirando a mi padre sentado en una silla…. el cuerpo hecho de trapos que me había parecido el de mi padre tenía unos rasgos muy poco nítidos, pero estaba vestido con un traje suyo y sobre su regazo estaba abierto el Quijote, el libro que él más amaba o cuando Maisie Lord, la hija de Harriet lo parafrasea al hablar de los recuerdos Un escritor de cuyo nombre no puedo acordarme en este momento, llamó a esos recuerdos verbales “tatuajes mentales” o cuando la verdadera autora se cita a sí misma… y a una novelista y ensayista poco conocida, Siri Hustvedt, cuya postura Burden califica de «blanco móvil» o califica a través de otras voces y en nota a pie de página, su novela “Los ojos vendados”, como hiciera Cervantes con la suya en la II parte del Quijote…No está claro qué obra de Siri Hustvedt tiene en mente Brickman/Burden, aunque en el Cuaderno H señala que la novela de dicha autora “Los ojos vendados” constituye un «travestido textual» y «un libro raro, à la Freud». Y ya, la traca final, en otra de las notas del libro, la 42, muestra su disconformidad con lo expresado en el propio texto. Todo forma parte del juego de perspectivas que ayudan al escritor y al lector a tomar distancia y dar independencia a los personajes. Si a esto unimos la polifonía conformada por los entrevistados, el juego de los puntos de vista muestra la complejidad de la obra.

La documentación de la profesora, la variedad de sus fuentes, las citas bibliográficas sobre Harriet, las conversaciones con amigos, entrevistas con periodistas y conocidos, los informes y los cuadernos de la propia artista conforman el material que ordenará la narradora creada por Husvedt. Serán los 24 diarios encabezados cada uno de ellos con una letra del abecedario los que mostrará ese saber enciclopédico y erudito mencionado anteriormente, como el cuaderno T dedicado a la teratología o estudio de los monstruos, el cuaderno V en el que habla de sus pintores favoritos entre los que destaca a Velázquez y Vermeer, el Q que recoge la teoría cuántica, el M y N dedicados a su admirada Margaret Cavendish, duquesa de Newcastle a la que liga con filósofos contemporáneos como Suzanne Langer, con fenomenólogos como Dan Zahavi o neurocientíficos como Vittorio Gallese y en los que comenta también la obra de otros filósofos como Descartes, Hobbes, More o Gassen, o el A y el U, autobiográficos, que sumados al resto de documentación, van desgranando rasgos significativos de su vida y su pensamiento.

De todo este ingente material, es la documentalista la que nos informa detalladamente de su contenido, no dejando nada por descubrir; nos revela la personalidad de la protagonistaLa autora de los diarios era una persona sensible, atormentada, furiosa y, como la mayoría de nosotros, propensa a brotes neuróticos. Burden, por ejemplo, pareció olvidar que fue decisión suya abandonar el mundo del arte. Expuso su obra tras la fachada de por lo menos dos, si no tres, máscaras masculinas y, sin embargo, se negó a mostrar a ningún galerista la inmensa obra que había acumulado a lo largo de los años, un dato que apunta a un más que posible autosabotajeexplica su modus operandi Mientras trabajé en este libro de manera intermitente a lo largo de seis años (interpretando su letra, haciendo todo lo posible para obtener y cruzar referencias e intentando entender el sentido de sus múltiples significados) debo confesar que a veces tuve la incómoda sensación de que el fantasma de Harriet Burden se reía por encima de mi hombro…del estilo de los diarios …Todos los diarios de Burden pueden leerse como una forma de diálogo. En sus frases cambia constantemente de la primera a la segunda persona y luego a la tercera. Algunos fragmentos están escritos como argumentaciones entre dos versiones de ella misma. Una de las voces expresa una afirmación que la otra contradice… o desentraña el método empleado en los cuadernos…La lectura de los centenares de páginas que Burden había escrito me produjeron fascinación, provocación y frustración alternativamente. La artista llevaba varios diarios a la vez. Algunas entradas estaban fechadas, pero otras no. Tenía un sistema para cruzar referencias entre los cuadernos que a veces resultaba simple, pero otras era de una complejidad bizantina y muchas carecían de sentido. Al final desistí en mi intento de descodificarla. En algunas páginas la letra de Burden se va reduciendo hasta hacerla ilegible y en otras se agranda tanto que las llena con tan sólo unas líneas. Algunos textos son ininteligibles porque hay dibujos que se superponen a los párrafos. Con ello Hess/Siri busca un objetivo, hacer reflexionar al lector sobre la dificultad de escribir y sobre la creación literaria.

2.- La segunda cuestión que destacaré es la obsesión que manifiesta la artista por comprender los múltiples factores que intervienen a la hora de contemplar una obra de arte; sus opiniones las vierte a través de distintos personajes; su hija Maisie en una de sus conversaciones con la biógrafa lo expresa claramente:

Mi madre creía, y yo también creo, que hay que mirar las cosas con detenimiento, porque después de un rato lo que pensabas que estabas viendo ya no es para nada lo que creías estar viendo en un principio. Mirar con detenimiento a cualquier persona u objeto los convierte en algo que se va tornando cada vez más extraño, tras lo cual verás más y más…

Anton This, su primer alter ego, al ser preguntado por un periodista sobre sus lecturas, contesta:

Ese libro que se titula El enigma cuántico: encuentros entre la física y la conciencia. Es una locura, tío. Me refiero a que estos tipos dicen que la manera con la que miras algo crea lo que estás viendo. Eso es lo cuántico y está ligado al cerebro y a la conciencia. Dicen que es aterrador, que te pone los pelos de punta y así es. De hecho, me vuelve un poco loco. No paro de mirar cosas y de preguntarme qué es lo que estoy viendo…

Rachel Briefman, amiga y psicóloga de Harriet, reincide en el tema de la percepción¿Alguna vez ha existido una obra de arte que no se viera influida por las expectativas y prejuicios del observador, del lector o del oyente, fuera cual fuese su grado de cultura y refinamiento? Harry y yo coincidimos en que jamás existió una obra de arte tal. Harry me dijo que su idea no sólo era dejar en evidencia a aquellos que cayeran en su trampa sino también investigar la compleja dinámica de la percepción en sí misma, del grado de creación propia que hay en lo que vemos, con el fin de obligar a la gente a examinar su propia forma de mirar y desmantelar así sus petulantes prejuicios… porque eso precisamente es lo que Harriet pretendía, denunciarel prejuicio antifemenino del mundo del arte sino que, además, pretendía desvelar la complejidad de la percepción humana y cómo las ideas inconscientes respecto a la raza, el género y la celebridad influyen en la recepción de una determinada obra de arte por parte del público.

Quiere engañar a todos para satisfacer su ego y vengarse de los críticos de arte, de los medios de comunicación, de las modas, la superficialidad y el machismo que reina en las disciplinas artísticas.

3.- El tercer elemento destacable se refiere a la estructura de la obra. Externamente la novela no presenta un orden fijo, salta de un año a otro, de un personaje a otro, de una entrevista a otra, de una disquisición a otra, con el orden que la profesora Hess establece dada la complejidad de la documentación pero resulta oscuro y farragoso. Sin embargo la estructura interna adquiere una forma circular, en la que el inicio estaría en la adolescencia de Harriet, cuando veía a su padre castigar a su madre con el silencio y desentenderse de la brillante capacidad de su hija para la cuestión artística y el cierre del mismo, en la sala en la que Rune proyecta su propia imagen y la de Felix Lord, marido de la artista, para humillarla y abofetearla. Ella quería emular a Ulises, el héroe, y se da cuenta de que ha sido siempre una Penélope. La humillación se cierra y no puede saborear el éxito de la venganza. Te odio, padre. Te odio, Félix. Os odio a los dos por no ver esa verdad, por no reconocer que yo soy el héroe inteligente.

Y madre, tú agachaste la cabeza y sufriste su castigo. Él te mantuvo apartada de su vida y te anuló. No te hablaba. Actuaba como si tú no existieses, porque tú querías hablar.

Y tú, Harry, agachaste la cabeza y sufriste su castigo. Y no puedes soportarlo, ¿verdad que no?

¿Y no esperaste tú en casa como Penélope, pero sin pretendientes, por desgracia, sola con tus dos niños? ¿Y no le fuiste fiel? ¿Y no fuiste cariñosa? ¿Y no actuaste con resignación? Así pues, ¿no eres Penélope? No, porque ella no deseaba ser Ulises, al menos hasta donde sabemos, no deseaba serlo, pero ¿quién querría ser Penélope? Tú no querías esperar y, sin embargo, casi te vuelves loca de tanto esperar. Y ahora también tu hijo se mantiene alejado de ti como si tuvieses la peste. Si se identifica contigo está castrado, como en los dramas antiguos; a mi hijo feminista le aterroriza el hedor maternal.

Yo soy Ulises, pero he sido Penélope.

Hay muchos otros aspectos que comentar en una obra tan densa como la presente pero para no ser prolija sólo citaré para terminar, una cuestión latente a lo largo de toda la obra, la presencia de lo ambiguo, lo mestizo, lo enmascarado, lo travestido, la indiferencia de sexosLa mejor amiga de mi madre, Rachel Briefman, es psiquiatra y psicoanalista. Es probable que tenga razón cuando afirma que la psicoterapia hizo aflorar a una Harriet Burden que ninguno de nosotros habíamos conocido antes, así como otras personalidades o personajes que había mantenido ocultos en su interior durante largo tiempo. No estoy diciendo que sea un caso de personalidad múltiple, más bien creo que se asemeja a los diferentes yoes del artista proteico que, al manifestarse, necesitan un cuerpo que les dé forma.

Sin embargo, dice Hess …en su Cuaderno F Burden no niega las diferencias sexuales biológicas. Sostiene que, más allá de las diferencias reproductivas obvias entre los sexos, todas las demás diferencias, en caso de existir, permanecen ignotas. En Phineas, negro y gay como se define el mismo, encontró el amigo cómplice que supo reinventarse y que siempre la comprendió… En ocasiones nos disfrazábamos, unas veces los dos de hombre, otras, los dos de mujer, o uno de hombre y otro de mujer y viceversa. El poeta gordo nos desde el sentimiento de marginaciónsacó una foto travestidos, aunque dudo que le gustase. Él prefería que su señora fuera una señora. Bruno tenía un toque machista. No obstante, Harry y yo éramos la pareja perfecta de travestis. El gran Harry y la pequeña yo.

Un día mientras trabajábamos en las «habitaciones», Harry dejó a un lado el destornillador que estaba usando y me miró muy seria. «¿Sabes, mi querido P.? Me gusta jugar contigo», me dijo. «Siento que he encontrado al compañero de juegos que he deseado tener desde que era niña, no un amigo imaginario sino real. Nunca tuve a nadie hasta que apareció Rachel. Tú eres el amigo que siempre he soñado que cobrara vida».

Ella se mueve esa ambigüedad. Ella no daba pábulo a las maneras convencionales de dividir el mundo en blanco/negro, hombre/mujer, hetero/homosexual, normal/anormal, pues ninguna de esas fronteras la convencían. Eran imposiciones, categorías definidas e incapaces de reconocer la mezcolanza que constituye la humanidad. «¡Reduccionismo!», gritaba Harry de cuando en cuando… Y se reconoce como Harry/Harriet; querría haber nacido hombre para haber logrado la fama y escoge como alter ego a Phineas y Rune que son homosexuales y que, como ella, pueden jugar a las máscaras y cambiárselas en el juego y en la vida; también su hijo es homosexual y su mismo marido, Félix Lord, juega a la ambigüedad. Creo que ella busca desde su adolescencia una identidad desde la que enfrentarse al mundo en general y al arte en particular. Sabe de su valor, de su potencial, de su genialidad, es una HEROÍNA, pero no ha tenido las fuerzas suficientes para demostrarlo y ha fracasado en el juego de los enmascaramientos.

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