24– Mayo- 2018
«La Uruguaya» de Pedro Mairal
El libro de Pedro Mairal es una novela de tipo confesional, narrada por el protagonista, Lucas Pereyra, de 44 años, el cual se dirige a un Tú, su mujer Catalina, a la que tras un año de separación, abre su alma, describe sus cambiantes estados de ánimo y relata su insatisfacción ante una vida doméstica que no le llena, le paraliza y le deja en estado de derrota; el silencio entre ellos provoca que el engaño, la huída y la ensoñación sean su errónea salida. El punto de partida es un martes, día en que sale de Buenos Aires hacia Uruguay para cobrar unos libros que aún no ha escrito y encontrarse con Guerra, una jovencita uruguaya a la que desea. Hace una crónica de ese martes y de los hechos que se sucedieron desde la mañana a la noche, en que regresa a Buenos Aires, 17 horas en las que se da de bruces con su realidad, se enfrenta a sus miedos y decide tomar las riendas de su vida tras haber tocado fondo; y desde ese arranque, realiza una serie de reflexiones no exentas de crítica sobre una amplia variedad de temas, como el matrimonio y su vida en pareja….No sé, es cierto que teníamos que parar. Dejar de juntar bronca. Esas mañanas, por ejemplo, esos sábados o domingos cuando Maiko se despetaba a las siete y pedía su Nesquik y vos y yo empezábamos el concurso de ver quién se hacía más el dormido. Maiko insistía y alguno de los dos se levantaba con odio, le hacía el Nesquik, y también el café al otro, al remolón que se hacía el paralítico, que sufre, pobrecito, la reputa que lo remil parió y la concha de la lora…, o la situación económica Argentina…Si me transferían los dólares a Argentina, el banco me los pesificaba al cambio oficial y me descontaba el impuesto a las ganancias. Si los buscaba en Uruguay y los traía en billetes los podía cambiar en Buenos Aires al cambio no oficial y me quedaba más del doble. Valía la pena el viaje, incluso el riesgo de que me encontraran los dólares en la aduana a la vuelta, más de los que estaba permitido entrar al país…; sobre el oficio de escribir ….Cuando se escribe es difícil convencer al lector de que una persona es atractiva. Uno puede decir que una mujer es hermosa..¿pero dónde está la chispa deslumbrante, en la mirada del narrador, en la obsesión? ¿Cómo mostrar con palabras la exacta conjunción de rasgos de una cara que provoca esa locura sostenida en el tiempo? …., sobre los escritores…Ahí estábamos los intelectuales hispanoamericanos armando nuestro número, hablando para nosotros mismos en un balneario. La gente nos miraba, no sé cuanto se entendía, me pareció que querían que leyéramos algo, un poco más de show y menos teoría..Y después hubo fiesta…, o sobre su preocupación por el uso de la lengua…le avisaron a los pasajeros con auto que ya podían bajar a la bodega, “no encendiendo los motores hasta que se les indique”. Mal usado ese gerundio le avisaron a los pasajeros que viajaban… …Guardé el papel porque algo me interesó en el lenguaje, una oscilación entre el voseo y el tú, decía algo así como: elegí tú mismo el dibujo…, y sobre los aledaños del oficio en boca de su amigo Enzo...¿Dónde se vió que te paguen por libros que todavía no escribiste?…Y te juro que no es envidia, o quizá un poco sí pero los libros se escriben y después se ve cuánto valen. Como decía Girondo, se pulen como diamantes y se venden como un salchichón. A vos te los pagan como diamantes y les ibas a revolear un salchichón por la cabeza… Aflora a lo largo de la confesión su obsesión por la paternidad, que narra y describe con una prosa cargada de angustiosa ternura…la conjuntivitis leve que se agarró me dejó ciego a mí dos meses. Lo veo avanzar con sus mocos, dice papá medio llorando, con esa burbuja de moco que se le hace en un agujerito de la nariz, viene hacia mí, es un estreptotococos de nueve centímetros. Mi sangre, mi foquito infeccioso. Me mete jugando los dedos en la boca, la cuchara chupada para jugar a las comiditas. Me mata…, o de humor…Un curso que anticipe todos los peligros y padecimientos de la paternidad y maternidad espantaría a todos. Podría estar esponsoreado por alguna marca de preservativos…, o de congoja …ese enano borracho. Porque era así a veces , como cuidar un enano borracho, que se pone emocional, llora , no le entendés lo que dice, lo tenés que estar atajando, lo tenés que levantar porque no quiere caminar, hace un desastre en el restorán, tira cosas, grita, se duerme en cualquier lado, lo llevás a casa, tratás de bañarlo, se cae, se hace un chichón, empuja muebles,, se duerme, vomita a las 4 de la mañana…, y aprovecha su viaje en autobús para, al hilo de conversaciones ajenas, cuestionar a la Iglesia Evangélica y su creencia en los milagros y en la función pragmática del perdón; la ironía y el sentido del humor aderezan la critica…Me fascinó el diálogo, la idea de una mujer a la que se le emparejaron las piernas. Quizá se le emparejan al revés, la pierna larga se le retracta y se empareja con la más corta, queda más petisa y se va a quejar al pastor porque perdió casi diez centímetros de altura y no está conforme con el milagro, va con la madre a quejarse, mi nena era más alta, renga, sí, pero alta, y ahora quedó retacona, y el caso termina en un tribunal brasilero de la Iglesia Universal…, y a los médicos, cual Quevedo del siglo XXI, haciéndolo de forma demoledora y apoyándose en caóticas enumeraciones …nunca me cayeron bien los médicos hombres, con ese aire de grandulones con guardapolvo, escolares crónicos con gigantismo, los bravucones peludos de la clase, haciéndose los serios en la consulta, usando grandes palabras anatómicas, hipersexuados, libidinosos ni bien cierran la puerta del consultorio, cogiendo todos por ahí con enfermeras en ese doble fondo de las guardias… coitos de camilla, desenfrenos de rincón… guardapolvos disimulando erecciones, galenos con priapismo…hijos de puta, carniceros prepagos, atrasando la operación para después de su semanita en Punta del Este, ladrones del tiempo y la salud…. El profundo humor hace que la crítica a sí mismo y al mundo que le rodea esté empapada en la mayoría de los casos, de ternura… tuve una ves un sueño de un tipo que gritaba en el cuarto de al lado y cuando yo preguntaba qué le estaban haciendo me decían: Le están extirpando la lengua inglesa. …, …Quién me manda meterme en este culebrón venezolano, pensé ¿Cómo remonto esto?¿Qué dice el manual en estos casos? ¿Cómo se hace para cogerse a una mina llorando y con el perro del novio?.
No sólo es interesante el contenido de la novela sino la forma que lo sustenta. De entre los tipos de discurso, utiliza una narración ágil, con numerosas catáforas que anticipan lo que está por suceder… Se me mezcla todo en la cabeza aunque mire las calles en el mapa, porque unas horas después hicimos con Guerra esas cuadras por la otra vereda en el sentido contrario y totalmente borrachos…, el monólogo interior para derramar su caos personal y una descripción certera y pasional. En cuanto al nivel morfosintáctico cabe destacar el uso del estilo indirecto libre que le permite pasar de un personaje a otro y de una situación a otra sin conectores …canas que hacen suspirar a la paciente y a ver respirá profundo… …aprovechadores parados en su columnata griega, te vas a aplicar la crema en el área pruriginosa.., la alternancia presente – pasado, la alternacia 1ª -2ª persona, el uso de epítetos rituales para describir a su hijo…viejito mínimo, haiku de persona…, o la estructura sintáctica: OD pronominalizado seguido del OD explícito… Conocerlo a Gustavo Espina …,Donde se lo veía a Suárez …, Verlo a Enzo…. la empezaste a la novela … son otras tantas técnicas narrativas que maneja el autor con gran maestría.
Estas estructuras propias del español de Argentina y otras zonas de América, junto con el voseo, con las variedades verbales, tenés , entendés, llevás, se suman a las léxico-semánticas, a través de los juegos de palabras …Entrar en Guerra. En guerra contra mi puta fantasía, mi eterno mundo invisible…de la utilización de un léxico común con significado diferente y de sociolectos que ayudan a que el lector se ubique y se sienta inmerso en la situación espacial del protagonista.
La maestría y el oficio anteriormente mencionados se palpa en las abundantes referencias literarias que planean por la obra, como nuestro maestro Cervantes y su Quijote… en el azar de los asientos me tocó al lado de una crítica literaria de cuyo nombre no quiero acordarme…, al que no sólo parafrasea sino que hermana a su protagonista con Don Quijote en la persecución de un sueño, Gustavo Espinosa, autor uruguayo, Onetti y su novela El pozo, Jorge Manrique, del que cita textualmente los versos de las Coplas a la muerte de su padre, el doblemente citado Borges, con su cuento Emma Zunz y su Poema , múltiples veces corregido, sobre Montevideo, El realismo mágico que se palpa en su estancia en Uruguay… Como en los sueños, en Montevideo las cosas me resultaban parecidas pero diferentes. Eran pero no era… o la referencia al mundo del cine con el libro de Werner Herzog , Del caminar sobre el hielo o de Francis Ford Coppola con El Padrino.
En resumen, esta pequeña novela, cargada de humor, de búsqueda y de oficio, merece la pena ser leída para perderse por las calles de Montevideo con Lucas y compartir con él sus dudas e inseguridades que, de seguro, reconoceremos en nosotros mismos.
Me parece un libro muy interesante.
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